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Agua

Emma González Gamero • ene 25, 2022
El agua es el nutriente más importante para una buena función biológica del organismo, cada célula requiere de ella para su nutrición, eliminación de desechos, regular la temperatura corporal etc. Es también uno de nuestros recursos más vitales.
El cuerpo está compuesto en un 75% de agua al nacer y un 65% en la vejez, y estos porcentajes aumentan en lo que respecta al cerebro.
De hecho, hay quien asegura que nuestra memoria y la de la Tierra están grabadas en ella. De lo que no cabe duda es de que el agua es esencial tanto para la salud física como para el rendimiento mental. Podemos sobrevivir semanas sin comer, pero apenas unos días sin beberla. Estar bien hidratado puede ser la base del buen funcionamiento del organismo y de la recuperación en muchas dolencias.
 
Pero a la hora de beber agua pueden surgir dudas. 
 

¿CUÁNTA AGUA HAY QUE BEBER?
La necesaria para reponer los líquidos perdidos por la orina, las heces, el sudor y la respiración, y contando con la que tomamos de los alimentos. En general, ronda la cantidad de uno a dos litros diarios, pero varía en función de la persona y puede aumentar en época de calor o con el ejercicio físico.
Hay muchas personas que no llegan a necesitar tanta. Se trata sobre todo de veganos o vegetarianos, pues toman mucha fruta y verdura de por sí ricas en agua.

¿SE DEBE BEBER SOLO CON SED?
La sed es el principal mecanismo indicador de que necesitamos agua. Es importante estar atento para satisfacerla. Y, efectivamente, lo que hay que hacer es beber cuando se tiene sed. Si no se tiene sed, se puede beber pero se hará trabajar al cuerpo de forma inútil, y no se le dejará ejercitar el mecanismo de la sed.
En el caso de los niños y los ancianos, que no suelen estar atentos a este mecanismo, es necesario estar pendiente y ofrecerles agua, sobre todo en situaciones en las que pueden perder mucho líquido: vómitos, diarreas, sudoración por calor o procesos febriles.

¿CUÁL ES EL AGUA MÁS SALUDABLE?
Seguramente no hay mayor placer que beberla directamente de la fuente, fresca y pura, con ese sabor indescriptible que le brinda el entorno y que toma cuerpo en los minerales de la tierra, así como en las cualidades físicas que tiene al aflorar y que varían al embotellarla.
Ahora bien, que podamos disfrutar de esa agua depende de que cuidemos los bosques y los campos. Acceder a esa agua limpia ha sido durante siglos y en muchas culturas un derecho de todos. Hoy ese derecho se ha perdido en muchos lugares de la Tierra y no siempre es posible disfrutarla directamente de la naturaleza.
Es importante recuperar el derecho de tener agua limpia para beber de forma gratuita como nos la da la naturaleza. El agua potable es un derecho sobre el que no debería tener autoridad ninguna ley de propiedad ni negocio comercial.
La Ley de Aguas establece un perímetro de protección de esta agua para evitar la contaminación del manantial y mantener a su alrededor un medio ecológico natural y saludable. Pero la forma en que se crea ese perímetro resulta a veces insuficiente, pues cada uno es diferente según sus características geológicas.
La mejor forma de elegir una buena agua es fiarse del análisis que realizamos con los sentidos: ha de ser incolora a la vista, inodora al olfato e insípida al gusto. Ellos nos informan.

¿EL ENVASE DE PLÁSTICO ES SEGURO?
Ningún plástico es completamente seguro. Todos pueden liberar alguna sustancia indeseable, como el bisfenol A, un disruptor endocrino. Además, buena parte del plástico se incinera.
El número en relieve que aparece dentro de un triángulo en la base del envase informa sobre el tipo de plástico. Las cifras 3, 6 y 7 deben evitarse pues incluyen bisfenol A, cosa que no sucede con las cifras 2, 4 y 5. Las botellas de la cifra 1 se deberían utilizar solo una vez. Siempre que sea posible, el vidrio es lo ideal.

¿ES ADECUADA EL AGUA DEL GRIFO?
El agua potable que sale por nuestros grifos es un privilegio, pero está muy lejos de ser la mejor para la salud a medio y largo plazo. No contiene bacterias mortales, pero contiene decenas de sustancias dañinas.
Su olor nos revela la presencia de compuestos cancerígenos derivados del cloro, así como plaguicidas usados en la agricultura, nitratos o metales. Muchas personas optan por la mineral natural embotellada. Sin duda, pese a que es de mejor calidad que la del grifo, no está libre de los agentes perjudiciales como hemos visto.
Cada vez es más frecuente que las personas concienciadas recurran a filtros e incluso a máquinas sofisticadas para asegurarse de que el agua no solo está libre de agentes tóxicos, sino de que adquiera propiedades beneficiosas.
Deberíamos exigir tener en los grifos agua de la mejor calidad con los menos tratamientos posibles, o que al menos estos fuesen naturales.


LA CALIDAD DEL AGUA ES CLAVE PARA LA SALUD

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