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Aloe Vera

Emma González Gamero • jun 10, 2022
Especie: Aloe vera; (L.) Burm.f., 1768
Familia: Asphodelaceae
Clase: Liliopsida
División: Magnoliophyta
Orden: Asparagales
Reino: Plantae

La palabra “aloe” proviene del término árabe “alloeh”, que significa “sustancia amarga y brillante”. Los árabes fueron los primeros en dominar el arte de elaborar extractos comerciales a partir de esta planta y en extender su uso por el mundo grecorromano, por India, el Tibet, Malasia, Sumatra y China. La primera descripción de sus propiedades, se encuentra en una tablilla sumeria del año 2.000 a.C. El Aloe Vera es una de las 250 especies de Aloe, sin embargo, esta se diferencia de las demás por sus altísimas propiedades medicinales. Su nombre científico es Aloe Barbandensis y es conocida también como Sábila.
 
La mayoría de beneficios del aloe vera se asocian al gel, que debe ser separado cuidadosamente de la piel y partes adyacentes que contienen un látex irritante, potencialmente tóxico. Para uso interno, conviene especialmente adquirir gel o jugo de aloe puro específicamente preparado para ser ingerido.
 
Las propiedades de la hoja del Aloe Vera y sus usos en el campo cosmético están aceptados a nivel mundial. Sin embargo, sus beneficios no solo se concentran en la piel, sino también es útil para tratar problemas intestinales y otros males.
 
Os detallo algunos de sus beneficios, ¡pero solo algunos porque hay muchos más! 
El gel o el jugo puro de aloe vera combate el estreñimiento y la irritación del estómago y los intestinos. También se puede utilizar en enjuagues orales para prevenir el crecimiento de la placa bacteriana en la boca. (Si tiene enfermedad de Crohn, colitis o hemorroides, no se debe consumir aloe vera. Puede favorecer los calambres abdominales y la diarrea).
La ingesta de extracto de gel aumenta la capacidad antioxidante del plasma sanguíneo.
Un compuesto del aloe, la emodina, favorece la regeneración de las células óseas. 
Se ha comprobado que la barbaloína o aloína disminuye el colesterol, los triglicéridos y las agresiones de los radicales libres sobre el tejido del músculo cardiaco.
Los mucílagos del aloe alimentan las bacterias beneficiosas que producen ácidos grasos de cadena corta. En cambio, combaten el crecimiento de patógenos.
Sirve para tratar las quemaduras y otras afecciones de la piel. Por ejemplo, acelera la curación de las vesículas causadas por el virus del herpes simple. Es eficaz para tratar complementariamente el acné y puede además reducir el enrojecimiento, la descamación, la comezón y la inflamación provocados por la psoriasis leve a moderada.
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